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Jugué al fútbol con locales, en Argentina

Jugué un partido con dos equipos diferentes en el país que es famoso por su pasión por el fútbol.

En mi ciudad natal en Liverpool, el fútbol es más que solo un deporte o un hobby, para algunos llamarlo una pasión sería infravalorarlo ya que para muchos es como su vida. Tradicionalmente, era uno de los métodos para escapar de una realidad no tan placentera, sin embargo, hoy en día Liverpool es una buena ciudad para vivir, aunque el fútbol sigue siendo tan importante en la vida de muchos.


Entrenar para cualquier tipo de deporte mientras viajo es un poco complicado pero siempre que puedo lo hago, aunque por lo general es solo con mi soga de saltar y bandas de resistencia que llevo conmigo. Después de pasar cuatro años en la facultad como miembro de varios “clubes” de deportes, los cuales entrenaba y asistía a eventos casi todos los días, es el lado social de los deportes que más extraño.


A lo largo de los últimos años no jugué mucho al fútbol, solo algún que otro partido en los campamentos de verano (aunque esto no quiere decir que no se tornaban bastante competitivos). Por esta razón, cuando me invitaron a jugar un futsal poco después de llegar a Argentina, me entusiasmé.


Como en muchos países, Argentina posee y es famosa por su gran pasión por el fútbol. Es un país que le dió al mundo: dos de los mejores jugadores, Messi y Maradona; la rivalidad entre Boca - River, que es una de las más intensas que hay, (tan así que no hace mucho se pasó el partido a Europa, para evitar accidentes); y los hinchas conocidos por ser tan apasionados.


Tuve la oportunidad de ver un partido de Boca en su estadio, la Bombonera, lamentablemente es muy difícil conseguir entradas, ya que solo están a la venta para socios (ni siquiera los hinchas del otro equipo pueden entrar, por los problemas que hubo en el pasado). Para mi suerte, conozco a alguien que consigue entradas y me ofreció llevarme a ver el partido, que iba a ser el último de la temporada. Por desgracia había aplicado para un WorkAway para esa fecha, así que tuve que pasar. Para hacerla corta, se canceló el WorkAway a último minuto para aceptar la entrada y me perdí de ver en vivo ver Boca ganar 8 (ocho) a 1, lo que hubiera sido una gran oportunidad para vivir esa atmósfera única en el peor de los tiempos en ese estadio tan famoso…


Me invitó a jugar Hernán, el cual había sido mi profesor online de Español, un local argentino que se volvió mi amigo, antes de ir a Argentina. Era la primera vez que iba a la ciudad y la primera vez que lo conocía en persona.


La cancha estaba entre las sombras debajo de un puente, en una parte bastante concurrida en Capital. Los alrededores se veían más “occidentalizados” a comparación del resto de la ciudad que había visto, con departamentos y bares más modernos a lo largo de la cuadra. El complejo se veía bastante bien, aunque básico, tenía varias canchas de fútbol y tenis, todas en constante uso.


Cuando llegué, Hernán me regaló una remera de su tan amado River Plate, un gesto que aprecio mucho, a pesar de ser uno de los últimos en fila para que apoye a su equipo. En teoría debería ser fácil para mi hinchar por el equipo de mi novia y su familia, Independiente, sin embargo ellos se conocen como “Los Diablos Rojos” y me duele apoyarlos ya que el apodo también lo tienen Manchester United.


Exceptuando algunos, la mayoría tenía entre treinta y cuarenta años, entonces estaba confiado de que si mis habilidades estaban flojas podía compensar con un mejor estado físico y agrandar la diferencia con los rivales. Me equivoqué y mucho. Después de diez minutos que el partido empezó estaba empapado de sudor y sin aliento, mientras que el resto estaba jugando con un pulso normal. A pesar de que eran más de las ocho de la noche y el sol se había puesto, la temperatura estaba cerca de los treinta grados y la humedad era alta. Mi cuerpo sufrió al no estar acostumbrado al clima, aunque me las arregle para jugar toda la hora.

La calidad del partido fue decente con un rango de estilos diferentes. Estaban aquellos que jugaban de manera más tranquila y solo hacían pases cortos pero seguros, mientras que otros usaban más la fuerza y potencia física. Un aplauso a dos jugadores en particular Hernán y Pedro, que en varias ocasiones los ví hacer una barrida como si fuera el partido más importante de todos, sin importarles si salían más o menos lastimados que el oponente, ellos enseguida se levantaban y le sonreían al contrincante, su espíritu deportivo era impresionante.


Unas semanas después jugué por segunda vez y lo disfruté tanto como la primera, con la gran diferencia que mi cuerpo estaba mucho más acostumbrado al clima que antes (agregando que supe controlar mejor mis tiempos).


Unos vecinos nos invitaron a comer, a la familia de Ailín y a mí, unas semanas más tarde. Tuve que dejar de ver el partido de Liverpool contra Tottenham en mi celular para irnos y cuando llegamos a la casa estaban viendo el partido en la tele, desafortunadamente para Ailín. Obviamente que esto enseguida generó una charla de fútbol y cuando llegué al punto de que me gusta tanto verlo como jugar, Pablo, el padre de la familia, me invitó a jugar un partido de futsal esa misma tarde.


La atmósfera se sintió muy diferente, todos estaban más tranquilos con relación al partido, esto no quiere decir que no eran competitivos. Antes de empezar el partido un joven estaba caminando con una lata de cerveza en la mano y otro fumándose un porro. No hubo sorpresa para mí, pero sí para ellos cuando vieron a un extrangero en el barrio. Uno de ellos pensó que era un chiste y me empezó a ametrallar con su español, y le tuve que decir con mi poco nivel de español que hable más despacio, haciendo que se muera de risa.


El estilo de juego era de alguna forma diferente, el nivel era mucho más alto, y los jugadores no tenían miedo de usar sus cuerpos, pero siempre de manera justa. También hubo más, por decirlo de una manera, estilo en sus jugadas, con más ganas de gambetear y enfrentar al rival en vez de abrir paso; tal vez pegando más con el estereotipo argentino de ser habilidosos con la pelota.


El mismo Pablo escribió un breve reporte del partido en su blog el cual pueden encontrar acá. No voy a intentar traducirlo ya que no le haría justicia a la prosa y a su uso típico de la jerga argentina. Hasta ahora todas mis experiencias las disfruté mucho y agradezco a todos los que me recibieron de manera tan cálida, pronto voy a volver a jugar.


Subido el: 03/01/2022

Escrito por: Tom Taylor (@tomtayloor) 

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