Pasando la navidad en el extranjero

Se podría decir que, desde que me gradué de la universidad en 2018, pasé aproximadamente un 75% de mi tiempo fuera del Reino Unido. Largos periodos en los Países Bajos, España, Rumanía y Polonia, fueron intercalados con viajes hacia varios otros países; incluso la existencia de la pandemia global no se volvió un obstáculo para mi estilo de vida nómada. Debido a esto, en muchas ocasiones no pude estar presente en eventos que se realizaban en Inglaterra, como cumpleaños o casamientos, los cuales algunos lamento más que otros no poder participar.

Por ejemplo, mis últimos cinco cumpleaños no los pude celebrar en Liverpool, mi hogar. Desde que cumplí veintiún años, mientras terminaba mis estudios en Escocia, los siguientes cuatro cumpleaños los celebré en Países Bajos, Bulgaria, Polonia y Rumanía. En lo personal, no soy alguien a quien le importan mucho las celebraciones de mis cumpleaños, de hecho, prefiero y disfruto más de ellos celebrando con compañeros de trabajo en campamentos de verano o con compañeros viajeros en hostales.

Por otro lado, la Navidad, se espera sea un evento más social, o familiar. Lo típico es pasarla con la familia en un ambiente cálido repleto de decoraciones, buena comida y grandes cantidades de alcohol (por lo menos en mi caso). Los últimos dos años, y esta próxima navidad, la pasé en el exterior, primero en Zaragoza y luego en Ámsterdam. En lugar de quejarme de lo que extraño, me gustaría compartir un par de buenas historias navideñas que viví con mis otras “familias” (en sentido literal y metafórico).

En 2019 pasé la navidad en Zaragoza, bendecido sin saber sobre la pandemia que estaría por llegar un par de meses después. En ese entonces estaba trabajando en una academia de Inglés, los cuales todos los maestros (unos 35 en total, más o menos) eran nativos de habla inglesa; casi todos querían pasar las fiestas en su país natal. A la mayoría se les dió una semana libre en Navidad o para Año Nuevo, mientras que otros prefirieron quedarse, incluyéndome a mí ya que me tomé una semana para viajar a Vietnam alrededor de un mes antes.

Debido a que muchos de los maestros se quedaban en Zaragoza para navidad, algunos de los “veteranos” crearon una tradición (ya que el staff de la academia estaba en constante rotación, cuando alguien se queda más de un año se considera “veterano”). Shaun e Iggy prepararon una cena navideña tradicional de Inglaterra e invitaron a todos los que se quedaron en Zaragoza para acompañarlos. Para decirlo de la manera más suave posible, mi opinión sobre la escuela no era del todo positiva, pero una de las cosas que puedo rescatar es el trabajo en equipo que había entre los maestros y un ejemplo perfecto se demuestra con esta experiencia. Aquí un grupo que abarcaba personas del Reino Unido, Estados Unidos y hasta Sudáfrica podían celebrar navidad juntos hasta la mañana del día siguiente.

Después de poder pasar una Navidad “Inglesa”, al día siguiente tuve una experiencia más local. Al darme cuenta de que no tenía planes para Navidad, Mi familia española me invitó a su casa. Aunque en España la navidad no es tan importante como lo es en el Reino Unido (el 6 de enero, el día de los Reyes Magos es más importante) el gesto igualmente significó mucho para mí, en especial porque me habían conocido por solo unos meses en ese entonces. Allí pasé una tarde jugando juegos de mesa, comiendo jamón español y tomando una o diez cervezas…

La navidad siguiente me encontraba en el extranjero otra vez, esta vez trabajando en Ámsterdam a la vez que el país estaba a mitad de un no muy bien recibido cierre de fronteras. Me encontraba allí porque estaba trabajando para una empresa que pertenece a mi familia y por esta razón tuve con quien pasar la navidad.

Ya que mi primo es mitad Inglés mitad Holandés y su esposa es francesa, sin duda alguna fue una experiencia multicultural. Se tomaron en cuenta todas las culturas y tuvieron sus respectivos turnos para apreciarlas. En primer lugar, para víspera de navidad se tomó en cuenta la francesa. Lo que más recuerdo aparte de muchos juegos de cartas, fue la comida tradicional, que incluía un extraño paté de hígado de ganso. Al día siguiente era turno de la cena navideña estilo inglesa, la cual podía contribuir introduciendo a la familia con la maravilla de “pigs-in-blanket”.

A pesar de ser familia, no esperaba ningún tipo de invitación para pasar navidad con ellos, al igual que el año anterior en España. Algunas personas que conoces mientras viajas, muchos haciendo lo mismo, nunca fallan en sorprender. Las comunidades y amigos que se forman, junto a su generosidad son en verdad increíbles y soy muy afortunado de formar una pequeña parte de alguna de ellas.

Este año voy a pasar la navidad en Argentina y ya tengo planeado pasarla en la costa. Esta va a ser mi primer navidad que paso en verano y al haber pasado la anterior andando en bicicleta alrededor de los canales de Ámsterdam a temperaturas que llegaban a los menos cero grados, ¡no puedo pensar en un escenario más diferente!

Subido el: 13/12/2021

Escrito por: Tom Taylor (@tomtayloor)